Faros remotos en Pekín
- José Luis González Macías, autor
- Lía Peinador, editora
- Xiu Lou, traductora
- Yang Junjun, editora
- Isabel Cervera, directora del IC
Tres formas de atravesar un río, de Agustina Atrio ha sido incorporado al catálogo de libros utilizados como material educativo en colaboración con la Fundación Botín y Caminar el Agua, un equipo de investigadoras de la Universidad Complutense y Universidad de Chile, de disciplinas artísticas y científicas, motivadas por contribuir a recuperar la conexión con nuestro medio natural, a través de recorridos a pie guiados por los caminos naturales que el agua ha dibujado sobre el territorio. Sus actividades de Literatura en movimiento: un paseo por el agua y sus corrientes aportan nuevas dimensiones a la lectura y aúnan un interés por el agua, la naturaleza, la ciencia, el arte, los viajes y el andar. Tres formas de atravesar un río de Agustina Atrio forma parte de la sección de Literatura, Emociones y Creatividad.
Todo comenzó con un sencillo trazo que Rubén Martín de Lucas realizó sobre una libreta; el dibujo de una bandera clavada en un trozo de hielo. Acabó, meses después, con tres hombres en el ártico.
Acompañado del expedicionario Hilo Moreno y del realizador Fernando Martín Borlán, y con el propósito de cuestionar algo tan arraigado como el concepto de nación, Rubén Martín de Lucas, viaja hasta el sur de Groelandia. Es allí donde abordan una serie de icebergs, condenados a morir desde el mismo momento de su colonización, para colocar sobre ellos una bandera que los reclame como una nación propia.
Iceberg Nations, el proyecto artístico fruto de esas acciones, está formado por fotografías, una instalación de vídeo, un corto documental y un libro. Junto con Repúblicas Mínimas y Burocracias se enmarcan dentro de Stupid Borders, una serie de proyectos conceptuales con los que Rubén Martín de Lucas nos invita a reflexionar acerca de las ideas de frontera, nación y nacionalismo.
Son cerca de las dos de la tarde, es lunes, y comenzamos a pedalear desde Putney Bridge. Dejamos a nuestras espaldas el río Támesis y avanzamos por la estrecha pendiente de Putney Hill. Con un par de alforjas, varios mapas de carretera y la certeza de estar llevando a cabo una pequeña locura, nos disponemos a seguir las rodadas de H. G. Wells.
Este es nuestro punto de partida, pero el viaje se inicia mucho antes, con las páginas de Biciosos, un libro escrito por Pedro Bravo (Debate, 2014) y gracias al cual descubrimos la existencia de Ruedas de Fortuna, una novela en la que Wells narra un viaje en bicicleta por el sur de Inglaterra en 1895. El hallazgo despierta nuestra curiosidad por varios motivos: admiramos las obras de ciencia ficción del escritor inglés, somos defensores y activistas de la movilidad ciclista y, qué demonios, nos encanta viajar en bicicleta.
Aunque en su lectura no reconocemos al Wells que más nos gusta, ese que imagina mundos distópicos e imposibles, nos sorprenden otras cuestiones muy interesantes. Por otra parte, la narración del viaje que realiza Hoopdriver, el personaje principal de esta historia, desde Londres hasta la costa sur de Inglaterra, es tan precisa, inspiradora y atractiva que pronto dos ideas se hacen un hueco en nuestras cabezas. ¿Y si realizáramos ese viaje en bicicleta? ¿Y si rescatáramos y publicáramos de nuevo esta novela?
Y aquí nos encontramos, empeñados en llevar a cabo al menos la primera parte de este reto, dejando atrás el suroeste de Londres, montados en dos bicicletas de alquiler con dirección a Portsmouth, y manejando nuestras respectivas máquinas con algo más de pericia que Hoopdriver en los primeros días de su aventura.
El viento ya está escrito es un proyecto del poeta Jorge Pascual, construido durante varias caminatas realizadas a lo largo de más de un año. Se trata de un poemario particular en el que palabra y naturaleza tienen un hueco no solo en lo escrito, sino también en lo sonoro.
Jorge Pascual explora durante sus paseos elementos como el viento, el agua de un río o la lluvia; conversa también con árboles, caminos y estrellas hasta verse reflejado en ellos. Bruno Marcos, comisario del proyecto, se ha encargado de guiar este itinerario en el que el autor dialoga con los elementos naturales a través de recorridos solitarios por la naturaleza. El camino se convierte en la clave de esta búsqueda e intercambio.
El viento ya está escrito es más que un poemario al uso; es la radiografía sonora de un proceso. Es una colección de textos, anotaciones, dibujos, fotografías, vídeos y grabaciones de la voz de Jorge Pascual realizadas en aquellos lugares por los que el azar quiso que discurriera este libro; lugares con ecos de viento.
Este proyecto no hubiera sido posible sin la colaboración y recursos económicos, materiales y humanos de la Fundación Cerezales Antonino y Cinia.
Raúl Alaejos (serrín.tv) ha realizado una interesante película experimental rodada en 16 mm. en el que el poeta es filmado en el medio natural.
Las grabaciones de los poemas en la voz de Jorge Pascual han sido realizadas en la naturaleza por Luis Martínez Campo (FCAYC). También están recogidos algunos paisajes sonoros vinculados a las caminatas. Algunos de estos audios se pueden escuchar en esta web. Hay a tu disposición alguno más en la web de FCAYC.